París, 28 mayo 2014.- La española de origen venezolano Garbiñe Muguruza acabó con la número uno del mundo y defensora del título en Roland Garros, la estadounidense Serena Williams, que cedió por 6-2, 6-2 en 64 minutos.
La mejor tenista del momento se marchó de
París pocos minutos después de que lo hiciera su hermana Venus, derrotada por
la eslovaca Anna Schmiedlova por 2-6, 6-3, 6-4, a quien Garbiñe ganó en el
único duelo entre ambas, este año en el Abierto de Australia (6-3, 6-3).
Roland Garros ya se frotaba las manos con un
duelo en tercera ronda entre las dos Williams, pero ninguna de ellas acudió a
la deseada cita. Es la primera vez desde Wimbledon de 2011 que las dos hermanas
caen el mismo día en un Grand Slam.
Además, Serena sólo había perdido en dos
ocasiones en un grande antes de la tercera ronda. La estadounidense fracasó en
su intento de sumar en París su 18 título de Grand Slam e igualar así con sus
compatriotas Martina Navratilova y Chris Evert. Y cedió a la maldición que pesa
sobre la Copa Suzanne Lenglen, que nadie renueva desde que en 2007 lo hiciera
la belga Justine Henin.
El torneo se queda descabezado en su parte
femenina, porque la derrota de Serena se produce un día después de que cayera
la china Na Li, segunda favorita y ganadora en 2011.
La de Muguruza fue una campanada
espectacular de la tenista de 20 años y número 35 del ránking, que había
avisado la víspera de que le perdería el respeto a la estadounidense pese al
palmarés que arrastra.
"Si cambio mi estilo para enfrentarme
con Serena no tendré ninguna opción, debo de ser fiel a mi juego. Tengo que
salir a la pista y decirle 'yo también te puedo ganar'", había
dicho.
En la memoria quedaba el único duelo entre
ambas, en el Abierto de Australia del año pasado, cuando la estadounidense le
propinó un 6-2, 6-0.
Pero esa fue otra historia. Con un tenis
sólido, Muguruza desquició a Serena, que en ningún momento se encontró cómoda
en la pista Suzanne Lenglen, la segunda en importancia del complejo.
"Estoy muy feliz", gritó en la pista nada más acabar, encantada de
haber vencido a la máxima favorita para la victoria final.
"Sabía que había que jugar muy agresiva
y concentrada, Serena es una campeona inmensa y había que estar al cien por
ciento", indicó, emocionada, la jugadora, que reconoció que es "un
gran día" para ella.
Muguruza venció ante la mirada de su
entrenador, Alejo Mancisidor, acompañado de la capitana española de Copa
Federación, Conchita Martínez, que todavía no sabe si la jugadora de padre
vasco optará por defender los colores de España o los de Venezuela, país en el
que nació, decisión que tendrá que tomar en los próximos meses.
La otra cara de la moneda fueron los
Williams, en particular su madre, que vio como sus dos hijas se marchaban en la
segunda ronda y con apenas unos minutos de diferencia.
La menor de las Williams gesticuló, se quejó
del viento y pareció en todo momento fuera del partido.
"Concéntrate", le dijo a un recogepelotas en un momento de
ofuscación.
El resultado fueron apenas 8 golpes
ganadores, 29 errores no forzados y solo un 27 por ciento de puntos logrados
con su segundo servicio, un bagaje indigno de una número 1.
"No me ha salido nada y ella ha sido
muy inteligente, no he sabido como contrarrestarlo", aseguró la número uno
del mundo, visiblemente decepcionada por la derrota.
Su temporada en tierra batida no había sido
muy buena, como prolegómeno de su llegada a París, pero nada hacía presagiar
que se marchara tan pronto. "Jamás volveré a vestir de verde", dijo
Serena, que prometió regresar a casa y "trabajar cinco veces más duro para
no volver a perder".
Diego Morales R.
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